¿Te ha pasado que duermes ocho horas… y aún así te levantas agotada?
¿Que sientes que el descanso no te alcanza, o que te despiertas más tensa de lo que te acostaste?
Muchas personas piensan que es estrés, que se les está “acumulando el cansancio”, que “ya se les pasará”.
Pero en mi experiencia —tras muchos años analizando hogares— he visto una y otra vez el mismo patrón: el problema no está solo en tu cuerpo, está en tu dormitorio.
Sí, has leído bien.
La energía de tu casa influye directamente en cómo descansas, cómo piensas y cómo te sientes. Y hay errores que, aunque parezcan pequeños, generan un impacto muy grande en tu bienestar.

El enemigo invisible: la energía mal distribuida
Hace un tiempo, una seguidora llamada Clara me escribió diciéndome que llevaba meses con insomnio, que sentía un peso en el pecho al dormir y que se despertaba con dolor de espalda.
Había probado de todo: masajes, suplementos, aceites esenciales…
Hasta que un día me mandó una foto de su dormitorio.
Y allí estaba todo muy claro:
— La cama justo frente a la puerta.
— Un espejo grande en la pared lateral.
— Y una viga de techo cortándole justo en la zona del torso.
Tres errores comunes en Feng Shui que afectan el descanso.
Tres “agresiones” energéticas a su cuerpo cada noche.
Le bastó con mover la cama, quitar el espejo y colgar una cortina en la pared de la puerta para notar el cambio.
A los tres días ya dormía mejor. A la semana, se levantaba de mejor humor.
No hizo nada milagroso. Solo alineó la energía del espacio con la de su cuerpo.
Y eso, corazones, cambia todo.
El dormitorio debe ser un templo de descanso
En Feng Shui, el dormitorio es uno de los lugares más importantes de la casa.
Es donde repones tu energía vital. Es donde tu cuerpo se repara y tu mente se calma.
Pero si la cama está mal ubicada, si hay cortes energéticos, si hay espejos en mal lugar o el color de las paredes es demasiado agresivo, tu cuerpo no se relaja… y tú no te recuperas.
Y entonces, por más horas que duermas, siempre sientes que algo falta.
Y tú, ¿cómo estás durmiendo?
Quiero que pienses un momento en tu habitación.
¿Tu cama tiene cabecero?
¿Está apoyada en una pared sólida?
¿Ves la puerta desde la cama… o está justo en línea con tus pies?
¿Tienes espejos? ¿Plantas secas? ¿Colores intensos?
Quizás ahí está la raíz de ese cansancio que no entiendes.
Quizás no eres tú: es tu casa pidiéndote ayuda.
¿Y si pudieras aprender a detectar y corregir todo eso?
Por eso he creado un curso gratuito de tres días: la Semana Feng Shui.
Ahí te enseño a detectar los errores energéticos más comunes y a dar los primeros pasos para transformar tu hogar en un espacio que te acompañe y te recargue.
- No necesitas tener experiencia.
- No necesitas entender teoría complicada.
- Solo necesitas tener el deseo de vivir mejor… empezando por tu casa.
Si aún no te has apuntado, puedes hacerlo aquí:
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Nos vemos dentro, corazón.
Tu descanso (y tu energía) te lo van a agradecer.